Uno de los platos más típicos de la cocina japonesa es el ramen. Consiste en una sopa de fideos, que tradicionalmente lleva cerdo o pollo. Lo acompañan verduras, pasta de miso, salsa de soya, algas, entre otros.
En ocasiones, conseguir lo ingredientes originales de la gastronomía de Japón puede ser difícil. Por tal razón, te presentamos una alternativa que puedes adoptar en casa.
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Diferencias entre el ramen original y casero
A diferencia de lo que muchos creen, el ramen es un plato de origen chino. Sin embargo, hoy en días es popular en Japón, donde tienen a los mejores maestros de esta receta.
El ramen es un plato que requiere de mucha paciencia y trabajo porque, originalmente, el caldo tarda en prepararse durante 10 horas. La receta que encontrarás a continuación tiene como propósito simplificar su preparación para que puedas obtener buenos resultados y disfrutarla en casa.
Esta receta está lejos de ser un ramen instantáneo. El objetivo también es que conozcas una técnica práctica para comer saludable en casa.
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En un principio, el ramen contiene salsa de soya, jengibre, mirín y miso. En esta versión casera podemos reemplazar el mirín por vino blanco o vinagre blanco. También obviar el miso y el jengibre (aunque este último es más fácil de conseguir).
De esta forma, vamos a necesitar: caldo de pollo o verduras, fideos de trigo, salsa de soya, vino o vinagre y salsa de soya.
El secreto del éxito al preparar ramen es ofrecer siempre una combinación entre sabores, aromas, texturas y apariencias. Debido a que es un plato muy versátil, puedes otorgarle tu toque personal. Intenta mezclar ingredientes, tanto en la preparación del caldo como en lo fideos, y selecciona unos buenos toppings para acompañar.
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Ingredientes
- 1 litro de caldo bajo en sal
- 125 gramos de fideos de trigo
- Salsa de soya
- 2 filetes de pechuga de pollo
- Champiñones
- Vinagre o vino blanco
- Miso (opcional)
- Jengibre en polvo (opcional)
- 1 Huevo
Instrucciones
Coloca la pechuga en sartén para que se cocine poco a poco. Opcionalmente, puedes poner a calentar los champiñones durante 3 minutos con un poco de aceite.
Pon el huevo a hervir durante 6 minutos para que la clara quede completamente cuajada y la yema semi-líquida. Recuerda ser muy estricto con este tiempo.
Para preparar el caldo:
- Pon a hervir suave 1 litro de caldo bajo en sal. Ideal es utilizar el caldo de pollo, aunque el de verduras queda muy bien.
- Añade 6 cucharadas soperas de salsa de soya.
- Agrega 2 cucharadas soperas de vinagre blanco o vino blanco.
- Luego, si lo deseas añade 2 cucharadas pequeñas de miso y 1/2 cucharada pequeña de jengibre en polvo.
- Cocina todo a fuego lento.
Cocina los fideos. Lo ideal es que sean fideos delgados y rizados. Sin embargo, puedes utilizar cualquier tipo, puesto que no hay mucha diferencia en su sabor.
Una vez tengas los fideos listos, agrégalos al caldo junto con los champiñones. Corta el pollo en dos y ponlo en un lado.
Pela el huevo y coloca la mitad. Puedes adornar con cebollín cortado de manera muy fina. Y ¡listo!