¿Quieres salir de la rutina? Prepara una receta nutritiva, diferente y clásica: paté de hígado de pollo. Lo puedes untar sobre tostadas, galletas saladas y embutidos en cubos o lonjas.
Sin embargo, antes de decidir si prepararlo o no, es oportuno que te des un paseo por todos los beneficios que te ofrece esta crema. Después de todo, ¿qué tienes que perder?
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El paté de hígado es sinónimo de buena salud
Si tu médico te receta hígado, pero no tienes fuerza para cocinarlo o comerlo, hay otras alternativas más suaves y tolerables. Por ejemplo, puedes probarlo en paté, realizarlo encebollado o prepararlo condimentado con salsa de tomate y diversos vegetales picados.
Recuerda, siempre hay un modo de comer mejor, así que, antes de lanzar una negativa, mejor dale una oportunidad, ¡capaz cambies de opinión!
– El paté de hígado está cargado de vitaminas A, B y C.
– Además, tiene la mitad del potasio que contiene el aguacate.
– Aporta grasas, pero contribuye con folato.
– Adicionalmente, el paté de hígado ofrece magnesio y calcio.
– También es fuente de hierro y tiene muy pocos carbohidratos.
Estimula tu sistema inmune
El paté de hígado fortalece tu sistema inmune a través de importantes beneficios. Es decir, con esta crema podrás fortalecer tus huesos, mantener tus dientes saludables y prevenir cualquier decaimiento.
En conclusión, ¡no desaproveches las propiedades! Mucho menos si estás necesitando nutrientes y minerales esenciales en tu cuerpo.
El truco que no falla
Si no quieres fallar en la preparación del paté de hígado procura no cocinarlo en exceso, de ese modo evitarás que quede amargo.
La idea es que la receta quede parecida al color rosado oscuro o rosa viejo, cuando lo notes, retíralo del fuego y espera que enfríe.
Por otro lado, si quieres mejorar el sabor del paté de hígado usa especias y verduras como: pimienta, cilantro, cebolla y ajo.
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Paté de hígado de pollo: es cremoso y tiene especias
Ingredientes
- 500 gramos de hígado de pollo
- 1 cebolla mediana picada
- 1 cucharada de pimienta
- 3 cucharadas de crema de leche o nata (opcional)
- 125 gramos de mantequilla derretida
- Sal al gusto
- 2 cucharadas de brandy
Instrucciones
Calienta un sartén a fuego medio con un poquito de mantequilla y dora la cebolla picada por unos 5 minutos o hasta que esté transparente.
Luego, sube las llamas y añade el hígado.
Espolvorea sal al gusto y deja que se cocine por 2 minutos en cada lado o hasta que tenga un tono dorado en la corteza y rosado en su interior.
Coloca todo en el procesador de alimentos o licuadora y vierte el resto de la mantequilla junto con las especias, el brandy y la crema de leche.
Tritura el paté de hígado hasta que tenga una textura cremosa, chequea el sabor, añade más sal si es necesario y transfiere el resultado a un frasco de vidrio.
Alisa la superficie, coloca un poquito más de mantequilla en la superficie y refrigera el paté por 2 o 3 horas.
Retíralo de la nevera 15 minutos antes de usarlo en galletas, tostadas y embutidos.