El marinado es una técnica culinaria donde las piezas de carne se introducen en una mezcla de sabores, muchas veces con especias aromáticas. Esto es esencial hacerlo durante cierto tiempo con el objetivo de que el pollo quede más tierno, jugoso y con un delicioso sabor. Marinar el pollo con leche ayuda a que quede más suave y le aporta más sabor cuando lo condimentas.
Gracias al sabor neutro y cremoso de la leche, también permite mezclar diferentes especias sin alterar el sabor. Pero no solo esto, la leche funciona para reducir la grasa en la preparación, pues impide que penetre demasiado durante la cocción.
Es recomendable que dejes marinando el pollo durante 24 horas en refrigeración para que absorba los sabores. ¡Verás que queda exquisito!
Utiliza muslos de pollo
Para marinar el pollo con leche puedes utilizar cualquier presa del pollo, ya sea pechuga, filetes o muslos. En esta receta utilizamos muslos de pollo sin hueso; esta pieza es ideal para asarlos.
Ya debes tenerlo previamente limpio sin restos de grasa y escurrido para que no tenga nada de líquido al hacer el macerado.
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En cuanto a las especias y otros ingredientes, debes tener a la mano comino entero, clavos de olor, pimienta gruesa, cebolla, ajos medianos y consomé de pollo en polvo (opcional). Y no puede faltar el ingrediente principal del marinado: la leche; esta debe ser entera.
Todos estos ingredientes debes mezclarlos en la licuadora y cuando estén listos, verifica el sabor. Ahora solo debes bañar los muslos de pollo deshuesados sin necesidad de colar la mezcla.
Si tienes pensado dejar marinando el pollo durante toda la noche, no te excedas con la sal ya que puede penetrar más el sabor y la comida quedará un poco desagradable.
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Ingredientes
- 3 tazas de leche entera
- 12 muslos sin hueso
- 4 ajos medianos
- 1/4 de cebolla entera
- 4 clavos de olor
- Pimienta gruesa
- 2 cucharadas de comino entero
- 1 1/2 cucharada sopera de consomé de pollo en polvo
Instrucciones
- Vierte en el vaso de la licuadora la leche entera, comino, clavos de olor, pimienta, ajos, cebolla y consomé de pollo en polvo.
- Licúa muy bien y rectifica el sabor. Si es necesario añade más consomé de pollo en polvo.
- En un bowl coloca los muslos de pollo sin hueso y báñalos con la mezcla de leche.
- Remueve bien para que el pollo se impregne bien de los sabores.
- Tapa el envase con papel film y llévalo a la nevera durante 24 horas.
- Fríelos hasta que estén doraditos y disfruta.