En general, el ejercicio aeróbico puede aportar efectos positivos para tu salud y garantizar una buena vejez. Sin embargo, esta vez la natación tiene una mención especial, puesto que investigaciones han analizado los beneficios de esta actividad física en la salud de nuestro cerebro.
Estudios concluyeron que nadar de manera habitual mejora la memoria, la respuesta inmunitaria, la función cognitiva y, por consecuencia, el humor. Además, la natación es un ejercicio que ayuda a reparar los daños causados por el estrés y la producción de nuevas conexiones neuronales.
¿Preparada para practicar natación?
Por décadas, científicos e investigadores creían que no era posible crear nuevas conexiones neuronales. Es decir, pensaban que las células cerebrales no podían reemplazarse una vez dañadas. Pero se ha comprobado lo contrario.
La natación, al ser un ejercicio aeróbico, puede desempeñar un papel importante en revertir los daños en las neuronas y sus conexiones.
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Como respuesta a este ejercicio, el cuerpo es capaz de aumentar los niveles de una proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC). A su vez, la capacidad del cerebro para cambiar y provocar esta proteína es la que activa la función cognitiva, que incluye las habilidades de aprendizaje y la memoria.
De igual manera, el aumento de FNDC ayuda a reducir la ansiedad y la depresión.
Los aeróbicos también estimula la liberación de neurotransmisores. Por ejemplo, libera la serotonina, importante para mejorar el humor y prevenir depresión y ansiedad.
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La natación, en especial, ha sido reconocida durante muchos años por sus efectos positivos en el sistema cardiovascular. Es cierto que esta actividad involucra todos los grupos musculares y aumenta el flujo sanguíneo por todo el cuerpo. Esto último fortalece el proceso de angiogénesis, es decir, la creación de nuevos vasos sanguíneos.
Cuando nuestro flujo sanguíneo aumenta, liberamos más endorfinas. Por consecuencia, reduce el dolor y aumenta la sensación de euforia.
La natación, según investigaciones, puede ayudar también a reducir los impactos cognitivos del envejecimiento.
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Ahora que sabes los efectos positivos de la natación, no pierdas más tiempo. Es hora de ponerse el traje de baño y practicar unos largos recorrido de nadado.