Cuesta creer que los carbohidratos pueden ser parte de una dieta balanceada. Infortunadamente durante mucho tiempo nos han enseñado a satanizar las harinas y el azúcar. ¡Grave error!
Pero tenemos buenas noticias. Estudios han comprobado que no es necesario tenerle miedo a un alimento que es beneficioso para el cuerpo. Te contamos por qué.
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¿Incluir o no incluir carbohidratos?
Los investigadores del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sidney, en Australia, compararon la interacción de nutrientes en 33 diferentes dietas. Este estudio fue un análisis sobre la asimilación de diferentes cantidades de proteínas y carbohidratos.
Pues aunque parezca mentira, los resultados fueron muy favorables para los amantes de los cereales integrales. Se concluyó que una dieta baja en proteínas (10% de la energía dietética) y alta de carbohidratos (70%) producía una respuesta saludable en el metabolismo.
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Pero ¡ojo! Esto no quiere decir que todos los carbohidratos son saludables. La misma investigación concluyó que sí es crucial elegir las opciones más favorables.
En general, cuando elegimos alternativas saludables, buscamos que el carbohidrato esté compuesto de almidón resistente y sea fácil de digerir.
Los más recomendables son aquellos que tengan más cantidades de fibra y tarden más tiempo en convertirse en glucosa. Alimentos derivados de las plantas, como granos enteros, frijoles, vegetales y frutas, son excelentes elecciones para tu cuerpo.
De acuerdo con los científicos, cuando el carbohidrato tiene una determinada cantidad de fructosa y glucosa, puede evidenciar unos resultados desfavorables.
Otra de las conclusiones más sorprendentes es que las dietas bajas en proteínas y altas en carbohidratos pueden otorgar mayor longevidad y mejor salud cardiometabólica. Así que si buscas una vejez independiente, priorizar los carbohidratos saludables te puede ayudar a cumplir tu objetivo.
Nuestro consejo es: no temas comer carbohidratos porque también son vida.