El primer recuerdo que tiene Maura Hermencia Orejuela de Caldas sobre el arte de la cocina es escuchar cantar a su abuela Asención mientras cocinaba y ella la observaba encantada. Desde pequeña sintió una gran atracción por esa actividad y siguió los pasos de su pariente.
Aunque en esas memorias hay alegría también hubo pesares: a los cinco años de edad fue enviada a El Charco, Nariño a casa de una tía. La despertaban a las 4:00 a.m. para que ayudara a elaborar dulces que le venderían a los trabajadores a orillas del río Santa Lucía.
“Lloraba todos los días, pero aprendí a preparar la otaya (mazamorra) que se hace con maíz quebrado, leche y coco. Mi tía le fiaba a los trabajadores. El fin de semana íbamos a cobrarles y me daban mi plata. Ahí se me olvidaba todo el sufrimiento. Aprendí que con lo que uno trabaja y vende puede sustentarse”, le contó al periódico colombiano ‘El Tiempo’.
Aquellos ingresos le permitían comprar sus útiles escolares para estudiar. Maura fue profesora de primaria pero la cocina siempre fue su verdadero amor. El 19 de febrero de 2019 fue reconocida por la Federación Latinoamericana de Gastronomía con el premio Marie-Antonie Carême.
“Sinceramente no sé por qué me lo dieron, me llena de felicidad, de placer, de orgullo y además me compromete demasiado porque imagínese que es un reconocimiento que me lo hacen los chefs de la federación internacional y que lo reconozcan a uno como empírico, me llena de orgullo”, aseguró.
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Asimismo, para Maura este galardón también representa una forma de reconocer la cultura del Pacífico: su música, arte, danza y gastronomía.
El presidente de la Federación Latinoamericana de Gastronomía Jorge Enrique Martínez sostuvo que, en la actualidad, la cocina colombiana no gozaría tal renombre de no ser por la trayectoria de Maura de Caldas.
“Este reconocimiento se le otorga porque es una portadora de tradición gastronómica del Pacífico. Es la mamá de la cocina del Pacífico. Este premio no tiene muchos años, pero se les otorga a personas, que como Maura, se han destacado en la cocina. Nos ha enseñado o ha sido representante de nuestra gastronomía en el mundo entero. Traspasó fronteras con su sencillez, amabilidad y amor”, explicó.