¿Cuál es tu rutina de higiene cada vez que tienes que preparar un plato? ¿Acaso lavas siempre tus verduras o a veces te haces la vista gorda y simplemente cocinas con ellas tal cual llegan del mercado? Un grupo de especialistas de Brasil investigaron el impacto de los problemas de higiene en la cocina y determinaron que la mayor parte de la contaminación en la comida “ocurre en el hogar”.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), 600 millones de personas aproximadamente se enferman cada año por afecciones que se transmiten a través de los alimentos. En total, unas 420.000 personas pierden la vida por esas afecciones.
Pero ¿cuáles son esos errores que pasan con la higiene de la comida?
Aunque parezca evidente, una de las primeras causas de infecciones por falta de higiene al manipular la comida viene por no lavarse las manos antes de manipular cualquier alimento.
Por mucho que limpies tus alimentos, si no cuidas la limpieza de tus manos previo a tomarlos, probablemente los patógenos que tienen en las uñas y dedos pueden ser transmitidos a la comida en un proceso que se llama “contaminación cruzada”.
Recuerda siempre que antes de comenzar cualquier receta, debes lavarte bien las manos.
Por otro lado, lavar el pollo en el fregadero es uno de los más comunes y frecuentes. Se tiende a pensar que lavarlo directamente con agua de grifo es suficiente para eliminar las impurezas y la capa de baba que generalmente tienen en la superficie, sin embargo, hacer esto causa el riesgo de que cuando el agua cae sobre el pollo también salpica todo lo que está cerca.
La mejor forma de eliminar cualquier impurezas y toxinas del pollo es a través de la cocción. Y en caso de que todavía consideres que es necesario lavarlo, hazlo con mucho cuidado y atención a que no salpique absolutamente nada fuera de él.
Lavar con agua las verduras que comemos crudas también podría representar un problema futuro para tu salud porque, pese a que esta limpieza puede eliminar las impurezas superficiales, no elimina del todo los microorganismos que están en la superficie de estos alimentos.
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Lo ideal es sumergir tus verduras en un recipiente con agua e hipoclorito de sodio por 15 minutos. Tras este ritual, proceder con una lavada simple con agua corriente y almacenarlos como prefieras.
En caso de que vayas a cocinar tus verduras, esta rutina de limpieza no será necesaria ya que la cocción eliminará los microorganismos potencialmente dañinos para tu salud.
Otro error común de higiene en la cocina es no separar los utensilios para los ingredientes crudos y cocidos y esperar a que la comida esté fría para proceder a meterla en el refrigerador.
Con ese último punto es importante recordar que cada microorganismo tiene una temperatura ideal para poder multiplicarse y a veces, con ciertos alimentos, dejarlos en la sartén u olla luego de que se apague el fuego puede generar que algunas bacterias se multipliquen.
Ahora, el refrigerador por sí solo no impide el proceso de multiplicación de microorganismos. En ese ambiente más frío, uno de los mayores riesgos está en la forma en la que decidimos almacenar las carnes crudas.
Es crucial estar seguros de que estos alimentos están perfectamente sellados, sin ningún agujero y para eso, lo ideal es cambiar las carnes de recipientes una vez llegan del mercado.
Finalmente, es importante limpiar con regularidad la nevera para evitar acumulación de bacterias, hongos o cualquier otro microorganismo que podría ser potencialmente peligroso para tu salud.