Lavar frutas y verduras correctamente no es tarea complicada, además, es un buen hábito que te permite estar lejos de gérmenes y bacterias.
La contaminación puede estar en cualquier alimento aún cuando tenga buen aspecto, pero disminuyes este riesgo si te dedicas a enjuagarlos religiosamente.
En conclusión, deja la pereza a un lado y tómate un tiempo para lavar las frutas y verduras pero de manera segura, ¡incluso los envases!
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¿Cómo lavar frutas y verduras con lo que tienes en casa?
Una vez que las laves con abundante agua para retirarles el polvo y los residuos visibles de tierra habrás aniquilado una parte de los pesticidas, fertilizantes y microorganismos dañiños. Sin embargo, la misión es mucho más efectiva si aplicas una rutina de limpieza completa.
Presta atención a las siguientes soluciones caseras, aplícalas de acuerdo al caso y comprobarás que después de lavar las frutas y verduras te sentirás un poco más tranquila.
Vinagre blanco y bicarbonato
Vierte 1 cucharada de bicarbonato de sodio en un envase espacioso con agua, y también, añade 1 cucharada de vinagre blanco. Mezcla con suavidad e introduce los alimentos por al menos 1 hora, luego de ese tiempo, estarán listos para cortar y cocinar.
Sal y limón
Por otro lado, puedes evitar fuentes de contaminación colocando jugo de ½ limón y 1 cucharada de sal en ½ litro de agua. Es decir, que cuando termines de hacer mercado, decídete a lavar las frutas y verduras de inmediato con esta mezcla. Podrás acortar tiempo cuando debas cocinar y te evitas ordenarlas en la nevera con restos de suciedad.
Agua oxigenada
Tal vez esta es una de las menos comunes, pero es una opción válida. Lo que tienes que hacer es agregar 1 chorrito en cada 3 partes de agua. Después, sumerge los productos durante 5 minutos y espera que se sequen a temperatura ambiente antes de guardarlos en el refrigerador.
Consérvalas por más tiempo siguiendo estos consejos
Primero, procura elegir en el supermercado los productos que no estén golpeados, cortados, dañados o con cantidad excesiva de tierra. Luego de ello, desinféctalos de manera correcta con cualquiera de las preparaciones anteriores y mientras lo haces sigue los siguientes trucos.
Frota con delicadeza
Lavar las frutas y verduras con suavidad es clave, solo así podrás usar la mayor parte del alimento en una o varias oportunidades.
Desecha lo dañado
Esto aplica especialmente en los vegetales de hojas verdes como: espinacas, los diferentes tipos de lechuga, acelga, apio, entre otras. Cuando las guardes en el congelador, desecha lo dañado para que el resto del alimento se mantenga fresco por más tiempo.
Retira las hojas externas
Aunque parezcan sanas, es mejor prevenir y retirar la primera y segunda capa de la lechuga y el repollo. Recuerda que al momento de seleccionar muchos consumidores tocan sin llevarlos hasta la caja, es por ello que, para evitar enfermedades es preferible limpiarlos.
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