El típico paseo después de comer, tan popular en la cultura mediterránea, ha sido estudiado por diversas investigaciones. La más reciente ha sido desarrollada por la Universidad George Washington de Estados Unidos, en donde determinó que una caminata después del almuerzo puede reducir los niveles de azúcar en la sangre, que normalmente aumentan entre los 30 y 60 minutos después de ingerir alimentos.
Para obtener los beneficios la caminata debe ser de 15 minutos, a una velocidad constante de 4.8 km/h, es decir, a paso ligero. Este paseo después de comer puede resultar hasta más efectivo que caminar 45 minutos al día.
Según esta misma investigación, esta velocidad también te puede ayudar a perder peso. Otro estudio de la Clínica Yasuyo Hijikara de Osaka (Japón) determinó que hacer ejercicio después de realizar el último bocado trae muchos más efectos positivos que tumbarse en la cama después de comer.
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Ahora bien, ¿qué ocurre con la siesta?
Otro hábito común es tomar una siesta después de comer. Aunque están comprobados sus beneficios para nuestra salud, los especialistas siguen recomendando tomar un paseo después de alguna cena.
Si eres de las personas que inevitablemente padece de sueño después de comer, no te alarmes. El paseo es una opción mucho más efectiva para despojarte del sueño cuando realizas una caminata de 10 minutos.
Si aún tienes sueño, puedes entonces tomar una siesta que no se sobrepase de los 30 minutos. Así realmente puedes sacarle provecho a todos sus beneficios.
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El paseo después de comer fortalece el sistema digestivo
Científicos alemanes han determinado que a una velocidad de 4 km/h beneficia el sistema digestivo y la movilidad intestinal. Si sufres constantemente de estreñimiento, una caminata después de comer puede trabajar como un masaje intestinal para el cuerpo.
Además, un estudio analizó el pH del esófago de unos participantes, después de consumir un desayuno de huevos con tocineta y café y tomar un paseo después de comer durante una hora. Al finalizar concluyeron que la caminata alivia el reflujo y la acidez.