La albahaca es un ingrediente que nunca puede faltar en las comidas, sobre todo si eres amante de las salsas y pastas. Por eso, en este artículo te mostraremos cómo cultivar tu propia albahaca fácilmente en agua, para que la tengas siempre en tu cocina fresca y lista para usar.
Esta hierba es un ingrediente esencial que aporta un delicioso sabor italiano a los platillos. Hasta la puedes utilizar en bebidas calientes como el té de albahaca con canela y jengibre.
Es importante que sepas que la albahaca necesita un buen espacio para crecer, por lo que luego del cultivo, es recomendable que la trasplantes a una maceta con tierra. De esta manera crecerá más.
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¿Qué necesitas para cultivarla?
Para cultivar tu albahaca en casa necesitas un recipiente de vidrio que sea amplio. Puedes utilizar un vaso de vidrio grande, llénalo de agua sin que se rebose demasiado. Lo importante es que cubra la parte inferior donde estarán las raíces.
Además, necesitas un tallo que esté sano de albahaca, puedes conseguirlo de una planta o si las compras en el supermercado, verifica que esté fresca y en buenas condiciones, así tendrás mejores resultados.
Ten en cuenta que el agua que utilices debe estar limpia; evita que tenga impurezas o residuos de tierra para no dañar el cultivo.
Comienza a cultivar tu albahaca
Primero prepara la rama: cuando tengas el tallo fresco, quita las hojas que estén más cerca de la base para que quede completamente libre. Así no se pudrirán.
Luego, toma el vaso, añade el agua y ubica el tallo en el recipiente lleno. Por último, ubícala en un espacio con suficiente luz solar y verás que al transcurrir algunas semanas, comenzarán a salir hojas nuevas.
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Recomendaciones para el cuidado de la albahaca
- Cambia el agua del cultivo una o dos veces a la semana para que lo mantengas en buenas condiciones y así no se pudra.
- Recuerda mantener el vaso en un lugar donde la albahaca pueda recibir luz natural.
- Si quieres estimular el crecimiento de las raíces, puedes utilizar un enraizante casero. Prepáralo fácilmente: solo necesitas agua, una olla pequeña y canela en polvo. Hierve el agua a fuego medio, y agrega la canela. Luego deja reposar por unos minutos y pásalo por un colador. El líquido funciona como enraizante natural que puedes rociarlo sobre la planta.
- Trasplanta la albahaca cuando veas que ya ha germinado bien en el agua y verifica que haya alcanzado un buen tamaño. Pásala a una maceta mediana con suficiente tierra y cúbrela para que se desarrolle mejor.
Recetas con albahaca
Si ya tienes la albahaca lista y no sabes en qué platillos usarla, aquí te compartimos unas ideas fáciles que puedes poner en práctica cuando quieras:
Puedes preparar una deliciosa salsa de tomate que luego puedes conservar para comerla con una deliciosa pasta con queso parmesano.
También puedes cocinar unos espaguetis de calabacín, perfectos para disfrutar en la hora de almuerzo y así comer algo distinto y suculento.
Otra opción para que utilices la albahaca, es un rico aderezo con perejil, cebollín y ajo. Incluye esta hierba y tendrás un dip cremoso y espeso que sirve para muchos platillos.