Sembrar una piña requiere de mucha paciencia, constancia, pero sobre todo amor. Se trata de una planta perenne, es decir, mantiene sus hojas todo el año, florece y da fruto anualmente.
Lo más ‘cool’ de todo es que puedes reproducirla en tu propia casa sin mucha dificultad.
Toma nota sobre el paso a paso para que crezca en tu maceta favorita una piña.
¿Cómo sembrar una piña en tu casa?
¿Qué materiales vas a necesitar?
- Una piña natural (si está un poco verde, mucho mejor)
- Tabla de cortar
- Cuchillo de cocina
- Tarrito de cristal
- Maceta
- Sustrato
- Bolsa de plástico transparente
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Lo primero que debes hacer para sembrar una piña es lograr que del ‘penacho‘ de hojas salgan unas pequeñas raíces. Te explicamos cómo:
- Sobre una tabla de cocina, recorta la parte de las hojas de la piña. Si está muy madura la fruta, lo podrás hacer muy fácil con un cuchillo grande de cocina.
- Luego, con el mismo cuchillo, retira los restos de pulpa que queden alrededor del tronco para que quede al ras de las hojas. Realmente es clave retirar toda la fruta posible porque, a la hora de sembrar, la pulpa puede pudrirse y afectar el proceso de crecimiento de la planta.
- Posteriormente, ve pelando la parte del tronco de la piña para despejar y dejarlo todo limpio.
- No es necesario retirar todas las hojas. Por un lado, retira las que estén en mal estado en la base. Después continúa eliminando poco a poco algunas más hasta descubrir alrededor de 2 centímetros de cuello.
- Ahora busca el tarro de vidrio o vaso transparente en el que dejarás la piña para que germine. La idea de que sea transparente es que puedas ir viendo su evolución y observar cuándo va necesitando agua.
- ¡Ojo! Es crucial que la boca del tarro sostenga la corona, para que el agua solo moje el tronco sin llegar a tocar las hojas. Esto es para evitar que se pudran.
- Mientras va pasando el tiempo, debes revisar que el agua cubre la mayor parte del tronco descubierto.
- Si ves que una hojita se está pudriendo, retírala para que no dañe al resto.
- Ahora sí: una vez logres observar raíces, la planta está lista para pasarse a una maceta.
Utiliza una maceta de tu casa
Cuando tengas seleccionada la maceta ideal, es decir, de barro y con agujeros para drenar en el fondo, añade un buen sustrato para plantas. Llénala hasta ¾.
En el centro de la maceta abre un agujero para encajar entero el tronco de la piña. El tronco debe quedar tapado por completo por la tierra. Luego, cierra con cuidado el resto del agujero presionando la tierra con suavidad.
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Una vez esté plantada, riega muy bien la planta. También puedes ayudarte con un spray de agua para las hojas.
Posteriormente, toma una bolsa de plástica transparente y hazle unos pequeños agujeros con un bolígrafo. Cubre la planta totalmente con la bolsa y fija el extremo a la maceta. La idea es que quede más o menos ‘herméticamente cerrada’.
Esto es para darle un ‘efecto invernadero’ a tu piña. Recuerda que es una fruta tropical y le va bien con las temperaturas altas y la humedad.
De esta forma, no tendrás que regar constantemente la planta. Sin embargo, observa constantemente la deshidratación de la planta para ver cuánto necesita por semana.