Sin duda, uno de los utensilios que más usamos en la cocina y, por consiguiente, que más ensuciamos son las ollas, las sartenes y las cacerolas. Sin embargo, en ocasiones no es tan fácil limpiar las quemaduras y los estragos de la cocina. En este artículo, te vamos a enseñar unos trucos esenciales para limpiar de manera efectiva las ollas, las sartenes y las cacerolas.
Un consejo para alargar la vida de tus utensilios es secarlas con un paño muy suave, en vez de dejarlos secar al aire.
Toma en cuenta los siguientes trucos para limpiar ollas en casa
1. Cuidado con el estropajo
Un estropajo metálico es una excelente opción para limpiar una olla quemada. Sin embargo, la recomendación es hacerlo con los que no tengan recubrimiento antiadherente.
Cuando veas que tu fondo del recipiente se quemó, agrega agua caliente, un poco de detergente lavavajillas y deja reposar por unos minutos para que esa molesta capa se ablande. También puedes ponerlo al fuego y, luego, utilizar el estropajo. Recuerda que el estropajo funciona para limpiar ollas de acero inoxidable, hierro, cobre, barro o aluminio.
2. Una esponja suave es importante para el teflón:
Es importante utilizar una esponja suave o un estropajo azul para rascar con mucha delicadeza un utensilio de teflón, plástico o madera.
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3. Bicarbonato para limpiar las ollas:
El bicarbonato de sodio es nuestro aliado para la limpieza de la casa. En este caso, necesitarás una cucharada sopera de bicarbonato para remover los restos de grasa hasta que se disuelva.
Deja hirviendo la olla durante unos minutos más, retira del fuego y rasca con una espátula de madera. Una vez esté todo despegado, vacía la olla y deja enfriar. Friega como habitualmente lo haces.
4. Utiliza vinagre para limpiar la olla quemada:
Con vinagre blanco puedes limpiar tus ollas, sartenes y cacerolas y, sin duda, quedarán relucientes. Agrega el vinagre y calienta hasta que hierva. Luego, déjalo al fuego durante varios minutos hasta que se consuma. Una vez lo dejes enfriar, limpia el fondo y verás cómo sin problema se remueve todos los restos de grasa.
5. La sal también es tu aliada:
En una olla puedes agregar dos o tres vasos de agua con dos cucharadas de sal. Deja reposar media hora y frota. Si ves que realmente no estás removiendo toda la grasa que deseas, pon la cacerola en el fuego con agua y sal. Deja hervir y, cuando lo dejes enfriar, frota.
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6. Una lata de cola es útil para limpiar ollas:
Abre una lata de refresco de cola y agrégala a la olla quemada. Déjalo en fuego lento hasta su punto de ebullición. Luego, rasca suavemente. Te darás cuenta de lo fácil que saldrá esa molesta zona de grasa.
7. El limón es excelente para la limpieza:
Por último, puedes utilizar un limón cortado en la mitad y frotar sobre las manchas que desees remover. Luego, lava suavemente con un estropajo hasta que la superficie quede muy brillante.