Si hay una fruta que no puede faltar en la cocina son los limones. Estos sirven para múltiples preparaciones como bebidas refrescantes, postres y platos fuertes. De esta forma, vale la pena conservar los limones frescos aplicando métodos muy fáciles y prácticos.
Este ingrediente puede llegar a dañarse rápidamente por la temperatura y la humedad; por lo que es recomendable que los mantengas a temperatura ambiente alrededor de los 10 o 13 grados centígrados.
Aunque los expertos recomiendan dejar los limones en la nevera durante los primeros días posteriores a su compra, siempre y cuando sean utilizados en un corto periodo de tiempo.
Por el contrario, si quieres mantener los limones frescos por más días, existen trucos que te ayudarán a lograrlo.
¿Cómo conservar los limones frescos?
Envuélvelos en papel plástico
Una vez que hayas comprado los limones debes envolver cada uno en papel transparente de cocina. Fíjate que se cubra cada borde por el que pueda llegar a quedar aire.
Luego, lleva los limones envueltos a un recipiente hermético con tapa. Guarda el envase tapado dentro de la nevera y verás que los limones se conservarán por un mes aproximadamente; dependiendo del estado en que los hayas introducido.
Guárdalos en agua
Comienza lavando los limones y desinfectándolos para eliminar bacterias y microorganismos en la cáscara de la fruta. Después, llena un recipiente hermético amplio sin que se bote y coloca los limones y luego tápalos.
Debes procurar cambiar el agua cada tres o cuatro días para que se mantengan frescos evitando su estancamiento.
Te recomendamos: Consejos para conservar el cilantro fresco: guárdalo en una bolsa plástica y retira las hojas dañadas
Mantenlos en el congelador
Lava los limones y define si prefieres congelarlos enteros, en rodajas, rallados o en zumo. Cuando ya hayas decidido, introdúcelos en una bolsa o recipiente hermético que resista las bajas temperaturas.
Lleva el recipiente al congelador y a medida que necesites usar los limones, sumérgelos con anticipación en agua fría.
Esta técnica te ayudará a conservar la fruta durante dos o tres meses. Eso sí, su sabor y textura no serán los mismos que cuando los compraste frescos.