Para realizar un enraizante natural para tus plantas en maceta o árboles puedes preparar un abono de lentejas. Este alimento no solo brinda diferentes beneficios a tu organismo sino que también es una fuente de nutrientes para tu jardín.
Si buscas estimular el crecimiento de las raíces, las lentejas pueden ser muy positivas porque son ricas en una hormona llamada auxinas. Una propiedad encargada de este proceso.
De igual manera, las lentejas contienen vitaminas B. ácido fólico, potasio, calcio, fósforo, magnesio, zinc y hierro. Todos estas sustancias, por supuesto, ayudarán a fortalecer el crecimiento de tus plantitas. Para crear un buen abono de lentejas, toma en cuenta las siguientes recomendaciones.
Abono de lentejas para el crecimiento de tus plantas
Para crear un buen abono de lentejas, toma en cuenta las siguientes recomendaciones. Recuerda ser constante al momento de regar las plantas y evaluar todos los días su hidratación. Cada especie requiere de diferentes niveles de agua, luz y temperatura.
Para comenzar, mezcla en una licuadora 1 litro de agua con 4 cucharadas de lentejas crudas. Licúa muy bien y cuela el líquido resultante de la mezcla. Lo importante es que no queden residuos de lentejas porque puedes utilizarlo como composta en otras plantitas.
Posteriormente, vacía el líquido en un recipiente para rociar. Riega sobre las raíces o en la tierra lo más cerca al tallo para que sea un fertilizante y estimulante efectivo para el crecimiento. Repite este paso mínimo una vez a la semana para observar los resultados.
Ahora que ya tienes esta receta para hacer un enraizante de lenteja, perfecto para tus macetas de frutas y hierbas, te compartimos los tres errores más comunes a la hora de cuidar tus plantas, ya que por más que prepares fertilizantes y productos llenos de nutrientes, si no cuidas tus plantas de forma correcta, no las tendrás tan sanas y bellas como quieres.
Errores comunes al cuidar plantas
Exponerlas demasiado al sol:
No todas las plantas necesitan el sol directo. Existe una relación muy estrecha entre los tipos de plantas y los rayos UV; así que exponer algunas plantas por mucho tiempo les puede quemar las hojas verdes. Por tanto, a largo plazo se verán negras o marchitas y se debilitarán.
Para evitar que esto ocurra debes conocer bien el tipo de planta y colocarle velos o pantallas en las ventanas para que se filtren los rayos del sol y no se perjudique la salud de la planta.
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Regar demasiada agua:
Una creencia popular es la de regarles agua a diario para mantener unas hojas hermosas. Sin embargo, cada planta se hidrata de forma diferente. En ocasiones, la sobrehidratación provoca que las raíces se pudran y, por consiguiente, se dañe la estructura de tu planta.
El consejo es que revises constantemente la humedad de la tierra; no solo en la superficie sino también al fondo. Te puedes ayudar con un lápiz o palo para descubrir bien el grado de humedad y así regar la cantidad de agua que necesita.
Dejar polvo en las hojas:
Por lo general, una planta con hojas grandes acumula mucho polvo y eso impide que respiren de manera adecuada. El polvo no solo afecta la apariencia de la planta, sino también sus funciones básicas como la fotosíntesis.
Por tanto, es importante limpiarlas una vez por semanas con un trapo húmedo con agua o algún otro spray casero.