«Tenemos que alzar la voz contra los líderes que nos separan». Ese fue el mensaje del chef José Andrés, quien movilizó a su equipo hasta Ucrania, Rumania y Polonia para dar alimento a los miles de desplazados por el conflicto iniciado por Rusia.
El chef coordinó esta ayuda humanitaria a través de su fundación World Central Kitchen, la cual surgió en 2010 con la misión de «sanar en tiempos de crisis» a través de la comida. Desde entonces, ha trabajado en zonas de desastre como el terremoto de Haití en agosto de 2021, el huracán maría en Puerto Rico en 2017, y su dedicación le ha valido ser nominado al Premio Nobel de la Paz.
En esta oportunidad, la organización ha ayudado a llevar alimento a miles de refugiados ucranianos, en su mayoría mujeres y niños que huyen de los bombardeos.
«Este es uno de los puntos dentro de Ucrania en el que estamos intentando ayudar, no solo en la frontera. Mientras veamos que es seguro, les traeremos comida. Tuvimos que pasar muchos controles, esto es una situación de guerra y quieren asegurarse de que no somos el enemigo, que no metemos nada extraño en el país. Cada pocos kilómetros nos paraban para ver qué era lo que transportábamos», relató el chef.
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«No aprendimos de los horrores del pasado. Gente, necesitamos hablar de nuevo. Los líderes nos están fallando en su apoyo. No podemos permitir que haya más Putins en el mundo. No podemos planear como en el Monopoly. La vida no es como el Monopoly, la vida es real. Los chicos deberían escuchar las consecuencias. Tenemos que dejar los discursos y los aplausos y clamar, de la mejor forma que sepamos, que tenemos que empezar a ser más listos porque esto va a ser muy difícil para muchos», afirmó.
El chef José Andrés quiere retribuir
Durante los inicios de la pandemia, el chef José Andrés coordinó la compra de comida a pequeños restaurantes para alimentar individuos en situación de riesgo. De esta manera, también ayudó a los emprendedores a mantener viva la industria de los restaurantes, de la cual él forma parte y que le ha dado fama mundial. Se estima que durante la cuarentena, logró distribuir 25 millones de comidas.
En 2021, fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, y donó los 50 mil euros de esa premiación a las víctimas de la erupción del volcán de Palma de Mallorca.
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Se trata de una vida de provecho. A los 16 años, el hoy chef abandonó la escuela para empezar a cocinar. Después de toda una vida en los fogones, tiene 30 restaurantes, una línea de comidas españolas y genera 3 mil empleos. Su restaurante de cocina de autor, Minibar, tiene dos estrellas Michelin y fue el sitio donde los Obama celebraron su aniversario de bodas.
Con mucha razón, en las redes sociales claman que debe haber más José Andrés, y menos dispuestos a hacer la guerra.
