Sí es posible eliminar la flacidez en los muslos pero para eso es necesario adoptar una rutina de entrenamiento que sea bastante efectiva. Si aún no tienes una establecida o no obtienes resultados con los movimientos que estás ejecutando, aquí tienes una guía sencilla de ejercicios que puedes hacer para trabajar esa zona del cuerpo y obtener unas piernas espectaculares en el futuro.
No te acomplejes por tener flacidez en los muslos pues muchísimas mujeres comparten ese detalle, sin embargo, la solución no es quedarse de brazos cruzados quejándose del problema sino trabajar con disciplina y motivación para ir buscando un camino capaz de ofrecer un cambio favorable.
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Si quieres una anatomía más torneada tienes que ser consciente con tu alimentación y entrenamiento. Si bien no hace falta que implementes un cambio radical, es un hecho que tienes que comenzar un plan de comida saludable y nutritivo que pueda favorecer los movimientos físicos que haces todos los días para eliminar la flacidez en los muslos.
¿Eres fanática de merendar con dulces? No te angusties, solo tienes que modificar esos postres y sustituirlos por unos que sean saludables, incluso, puedes buscar si tu favorito tiene versión fitness para que disfrutes sin remordimientos.
Ejercicios para eliminar la flacidez en los muslos
Este entrenamiento se basa en un poderoso mix de sentadillas con las que puedes darle un cambio a las piernas mientras modificas ligeramente el abdomen y los glúteos. Además, este famoso movimiento es sumamente efectivo y si te atreves a realizar esta dinámica vas a comprobarlo.
Sentadilla con patada lateral
De pie con las piernas separadas tomando como guía el ancho de las caderas. Después de eso, une las manos en el pecho o, si deseas subir el nivel de dificultad, utiliza una mancuerna en cada mano. Si no cuentas con este elemento puedes sustituirlo por botellas de agua.
Mantén apretado el abdomen y eleva el pecho mientras el peso pasa hacia los talones, acto seguido, empuja la cadera hacia atrás y flexiona las rodillas para bajar y hacer una sentadilla. Usa los talones para poder levantarte y presiona los glúteos para hacer una repetición.
Sentadilla de peso corporal
Se trata de la sentadilla clásica, el punto está en ejecutar bien el movimiento usando solo el peso corporal. Para eso, ponte de pie y separa las piernas al ancho de la cadera, seguidamente, flexiona las rodillas y baja el cuerpo mientras sientas la cadera hasta que los muslos estén paralelos al suelo.
Después de eso, coloca los brazos al frente y desciende manteniendo el torso en posición vertical. Cuando termines de hacerlo, sube para comenzar y presiona los glúteos llevando los brazos al frente o a los costados. Realiza 10 repeticiones y sigue con el próximo movimiento.
Sentadilla y caminata
Comienza tomando la misma postura inicial de los ejercicios anteriores, ponte en cuclillas y mantén el pecho arriba con el núcleo enganchado. Posteriormente, realiza cuatro pasos al frente y cuatro atrás o si prefieres puedes hacerlo de derecha a izquierda. Intenta que sean pasos grandes dejando bien definida la postura de sentadilla baja. Repite 10 veces.
Sentadilla plié + subida de talón
Continúa con el mismo patrón inicial, es decir, ponte en cuclillas y desciende el cuerpo haciendo una sentadilla. Luego, eleva el talón derecho y bájalo para después hacer el mismo procedimiento con el izquierdo. Finalmente empuja los talones y mantén presionados los glúteos en la parte superior. Asegúrate de ejecutar bien el movimiento para que los resultados sean los esperados. Repite unas 10 veces.
Todos estos ejercicios de sentadillas son súper efectivos para darle la batalla a la flacidez en los muslos y eliminar por completo ese problema estético. Eso sí, es importante que seas bastante disciplinada y ejecutes esta rutina de entrenamiento todos los días durante un tiempo estimado de 15 minutos.
Vale resaltar que para apreciar resultados mucho más impresionantes y duraderos es vital adoptar un sistema de nutrición saludable y balanceado en donde se le proporcione al organismo las herramientas necesarias para que se mantenga en buenas condiciones, por dentro y por fuera. Para que el proceso sea más sencillo, solo tienes que elaborar un menú sano con opciones deliciosas que incluyan postres saludables. De esta forma el cambio no es visto como un sacrificio sino como una modificación necesaria y satisfactoria.