Lograr un mejor estilo de vida depende de los hábitos alimenticios que adoptemos. Alimentarse de manera saludable resulta beneficioso para la salud puesto que previene la desnutrición, enfermedades cardíacas e incluso mejoran la salud mental.
Es verdad que actualmente hay un aumento en la producción de alimentos procesados y es más común consumir comidas con altos aportes calóricos. De acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS), comer suficientes frutas, verduras y fibras dietéticas resulta más difícil a medida que avanza la urbanización.
Cada cuerpo es diferente y depende de diversos factores como la edad y el nivel de actividad para incluir los ingredientes exactos en una dieta balanceada. Sin embargo, sí existen algunos consejos comunes que te ayudarán a mantener hábitos alimenticios saludables.
Sé creativa con los alimentos
A excepción de la leche materna para bebés, ningún alimento contiene todos los nutrientes que necesitas. Por tanto, es importante que en tus platos agregues diferentes tipos de alimentos nutritivos.
Una recomendación para mejorar los hábitos alimenticios es que seas creativa con tus recetas. Explora diferentes maneras de combinar frutas y verduras e incluirlas en tus comidas. También trata de que tus platos contengan alimentos básicos (trigo, maíz, arroz y papa); legumbres (lentejas y frijoles); y alimentos de origen animal (carne, pescado, huevos y leche).
Cuando prepares tus platos es preferible que elijas las opciones más saciantes. Los alimentos integrales como maíz, trigo, avena, arroz integral sin procesar son fuentes de fibra que te ayudarán a sentirte satisfecha por más tiempo.
Entre comidas, puedes elegir verduras crudas, frutas y nueces sin sal.
Reduce el consumo de sal
Un alto consumo de sal puede aumentar la presión arterial y, por tanto, tener riesgo para enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la ingesta de sal a 5 gramos por día (es decir, una cucharadita).
Para obtener un hábito alimenticio sostenible, limita la sal y el uso de condimentos salados como la salsa soya, el caldo o la salsa de pescado. Cuando sirvas en la mesa, retira la sal y los condimentos para evitar la tentación de agregarlos en los platos.
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Una de las ventajas de nuestro cuerpo es que las papilas gustativas tienen la capacidad de adaptarse rápidamente, así que, una vez reduzcas la sal de tus alimentos es posible que disfrute las comidas con menos sal.
Por lo general, revisa que los productos que compras en el mercado tengan poco contenido de sodio.
Limita el consumo de algunas grasas y aceites
La grasa es esencial en nuestra dieta, sin embargo, es importante elegir las opciones más saludables y medir sus cantidades.
Las grasas trans son las más peligrosas para la salud, puesto que aumentan en casi un 30% los riesgos de enfermedades cardíacas y obesidad. Por lo general, los alimentos procesados, rápidos y fritos contienen grasas trans. Evita su consumo para mejorar tus hábitos alimenticios.
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Reemplaza la mantequilla, por ejemplo, por aceites más saludables como la soya, la canola, el maíz, el girasol o el coco. De igual manera, ten como preferencia en tu lista de mercado las carnes blancas, como el pollo y el pescado.
Dile adiós al azúcar
El azúcar no solo aumenta las probabilidades de padecer obesidad sino también es perjudicial para la salud oral.
Una excelente estrategia para mejorar los hábitos alimenticios es reemplazar las bebidas azucaradas por agua, té y café sin azúcar. El objetivo es que limites el consumo de gaseosas, jugos, bebidas energéticas y deportivas.
Para tus bocadillos es preferible consumir alimentos frescos, en vez de comidas procesadas.
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Crear nuevos hábitos alimenticios no debe parecer un sufrimiento. Lo importante es que cada día seas más hábil en identificar las comidas que aportan grandes beneficios a tu cuerpo. Recuerda que un hábito se debe implementar gradualmente si buscas asegurar éxito a largo plazo.