La cocina es muchas veces la actividad en donde los mejores recuerdos familiares se crean: todos juntos, sentados en una gran mesa, hablando y conectando mientras comen un plato de comida exquisito preparado, idealmente, por mamá.
La sazón de las madres tiene un recorrido emocional importante, pues comer un plato que se parezca a uno que tu madre te hacía puede llevarte de viaje a tus recuerdos más preciados e incluso, podría sacarte un par de lágrimas de felicidad y nostalgia.
En Colombia, una pareja decidió tomar esa nostalgia para salir adelante en medio de la crisis mundial generada por la llegada del coronavirus: Ana María Uribe y Miguel Ramírez crearon su propio espacio de cocina “De tal madre”, para devolverle a la comunidad una sensación de hogar y conexión.
Cenas clandestinas, el concepto de ‘De tal madre’
Juntos, y bajo el concepto de cenas clandestinas, Uribe y Ramírez usan su casa en el barrio El Chicó como punto de encuentro para cocinar los platos que ellos mismo crearon en un recetario que los acompañó en esta aventura desde el comienzo: “’De tal madre’ nace de una manera natural al dejarnos guiar por nuestra pasión y nuestros talentos, empezó con los amigos y conocidos queriendo que organizáramos eventos, cocináramos para ellos o les enseñáramos a cocinar. Adicionalmente nos dio una excusa para seguir aprendiendo y profesionalizarnos cada vez más. Algo que empezó como una actividad esporádica se volvió nuestro trabajo diario”, contaron al diario El Espectador.
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Sus comidas se sirven bajo reservación únicamente y al ser el espacio su casa, también se valen del derecho de admisión. Sin embargo, y como están conscientes de que su hogar no puede albergar a tantas personas (trabajan con hasta máximo 30 comensales), decidieron expandir su negocio a la venta de productos para refrigerar, como lomo salteado, lasaña, cerdo a la criolla, berenjenas parmesanas, tacos de pancita en salsa verde, y muchos otros platos.
Pese al éxito que “De tal madre” tiene ahora, desde el comienzo no pensaron que pasaría de esta forma. “Al principio, no teníamos claro a dónde podíamos llegar ni todo el potencial que el negocio tenía. Ha ido creciendo orgánicamente en cuanto a clientes y a diferentes actividades dentro del mismo concepto de las ‘experiencias memorables alrededor de la buena mesa’. Lo que inició con catering para eventos y cenas clandestinas, hoy se ha expandido a dictar talleres virtuales de gastronomía y coctelería; entregar a domicilio comida para celebraciones y comida congelada para aliviar la carga del día a día de nuestros clientes”, aseguraron a El Espectador.
¿Qué tipo de cocina podrías encontrar en De tal madre? La pareja vivió una experiencia de inmersión gastronómica en el 2019 y consideran que la cocina del Pacífico se les da bien, especialmente los enfocados y arroces caldosos con pescados y mariscos, “la paella la hemos logrado mejorar y gusta mucho. Y preparaciones de carnes al cilindro y al horno en cocción lenta también tiene buenas críticas”.
Sin embargo, no dudan en seguir buscando y mezclando sabores que logren enamorar a todo aquel que decida probar su comida. Ellos son “colombianos, trabajamos con proveedores locales responsables. Nos esforzamos por el tratamiento de los ingredientes aplicando la técnica que consideramos que exalta sus características de la mejor manera”.